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El silencio de la muerte

Durell se dirigió corriendo hacia el templo, tenía que avisar a la vidente del ataque, ¡debían marcharse inmediatamente del lugar!
Al entrar en el templo chocó contra Lilith que en ese momento salía de él, estuvieron a punto de caer al suelo.
- ¡Señora! ¡Tenemos problemas! ¡Los Necrontyr, están aquí! – La vidente pareció no hacerle caso. Durell vio que estaba con la mirada perdida y no parecía haberse dado cuenta de que estaba allí. - ¿Vidente? ¿Os encontráis bien?
- Lo he visto, Durell. Estas ruinas eran de una gran ciudad eldar y los Necrontyr la destruyeron por completo, esto es lo único que queda.
- Señora, hemos sido atacados. Sólo era uno pero es muy posible que pronto sean más. Debemos volver al campamento y prepararnos para un posible. – Cuando mencionó el campamento, Durell vio como la determinación cubría el rostro de Lilith.
- Sí. Avisa a las banshees, volvemos.

Esta vez el trayecto entre las ruinas y el campamento lo realizaron en menos tiempo debida a la urgencia que tenían de llegar allí.
Cuando llegaron el campamento estaba tranquilo. Con excepción de los centinelas, el resto de eldars disfrutaba de un merecido descanso.
Pero esto no iba a ser posible. Lilith avisó a los centinelas para que levantaran a todos los demás soldados. En poco tiempo, haciendo gala de una marcialidad ganada a pulso por los años, todos los soldados se encontraban en sus puestos.
Todo el campamento quedó en silencio.
- ¿Oís eso?- preguntó Lilith a sus consejeros.
- ¿El qué, señora? Yo no oigo nada.- respondió uno de los brujos.
- Exacto, hasta los mismos animales han callado.
Los brujos se miraron, ni siquiera se habían dado cuenta. Algo debía suceder de un momento a otro para que hubiera ocurrido eso.
Y en ese preciso instante, el bosque estalló.
Decenas, cientos de árboles se volatilizaron y de entre el bosque destruido, surgieron. En paso silencioso, eran como fantasmas vengativos, y eran legión.
Fila tras fila de guerreros necrontyr se iban acercando a las posiciones de los eldars, flanqueados por los destructores y precedidos de los desolladores que como sabuesos iban olfateando el rastro de los eldars.
Los soldados eldars seguían escondido tras las ruinas, esperando que su líder diera la orden de ataque.
- Esperad un poco más.- la voz de la vidente resonó en las mentes de todos los eldars.- Un poco más, un poco más.- Los Necrontyr seguían acercándose, con su paso lento, pero seguro.-¡Ahora!

Los guardianes eldar salieron de sus escondites y saturaron el aire con una ráfaga tras otra de afilados disparos shuriken. Demasiado afilados. Los proyectiles atravesaban limpiamente los cuerpos de los necrones pero estos seguian haciendo caso omiso de los impactos.
Sólo las armas de las banshees, que ya había trabado combate con una escuadra de Espectros en la parte oeste, eran capaces de dañar seriamente a los guerreros Necrontyr.

Lilith vio como las armas de la “Filo lunar” acababan con uno de aquellos Necrontyr voladores. Pero la tripulación de la Vyper no pudo disfrutar de su pequeña victoria. La nave explotó dejando tras de sí tan sólo un pequeño rastro de polvo. El grito de los tripulantes resonó en el interior de la mente de la vidente que quedó aturdida al sentir el eco psíquico. Cuando miró hacia el lugar de donde habían venido los disparos lo que vio la horrorizó.
- ¡Monolito! – gritó la eldar mientras arrojaba su lanza bruja contra la mole.
Ni siquiera se molestó en comprobar si le había alcanzado. Desenfundó su pistola shuriken y empezó a disparar. Mató a uno de un disparo en la cabeza y le cortó el brazo a otro de un disparo en el codo. Pero eso no los detenía. El que había sido disparado en el rostro se puso de pie mientras sus facciones se recomponían. Del codo del otro salieron unos cables que se engancharon al brazo seccionado y volvieron a juntarlo al cuerpo. Eran demasiados y no podían detenerlos…

Durell esquivó una de sus garras, luego con una finta de su espada desvió la trayectoria de la siguiente. Intentó asestar un golpe, pero en el tiempo que le llevó hacerlo, su enemigo ya se había colocado detrás de el. Se lanzó hacia el suelo, esquivando por milímetros la cola de aquel Necrontyr. ¿Cómo iba a vencerle si ni siquiera era capaz de ver sus movimientos?
Finalmente logró ensartar a la criatura con su espada bruja, aunque eso no impidió que la cola del Necrontyr se le clavara en el estómago.

Lilith siguió atacando, esta vez con Alyothe, que había vuelto a sus manos aunque sin conseguir arañar la superficie de aquella mole de metal orgánico.
Iba matando un necrón tras otro, la lanza bruja si lograba hacer verdadero daño a sus enemigos. Lanzó una llamarada de fuego psíquico que consiguió destruir a un par de guerreros enemigos, para luego partir por la cintura a otro. Pero aún así eran demasiados.
Estaban entre la espada y la pared cuando de repente…
El Monolito estalló. Un proyectil a hipervelocidad había impactado en su blindaje y lo había vaporizado. La onda expansiva los derribó al suelo.
Mientras se volvía a poner en pie, vio un par de transportes de diseño mon-keigh posándose en el suelo. De su vientre, salieron pequeños grupos de humanoides que empezaron a atacar a los Necrontyr.
En relativamente poco tiempo, las fuerzas combinadas de las Lágrimas y de los alienígenas habían barrido a los necrones.

Lilith dio algunos pasos hacia el que parecía ser el líder, portaba un espada que parecía ser de manufactura… ¿Slanni?
¿Y ahora qué? Se preguntó la vidente.

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