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Caminos cerrados (capitulo 2)

“El campamento exodita había sido arrasado por completo. Los mon-keigh de piel verde se paseaban por el campamento destruido, no habían dejado ningún superviviente entre los eldar que se encontraban allí. Solo una joven eldar había podido escapar a la matanza. Tuvo suerte, ella no se encontraba en el campamento cuando se produjo el ataque. Ahora, escondida entre las ramas de un árbol observaba como los orkos ensartaban las cabezas de sus congéneres en largas lanzas mientras que unos pielesverdes de menor tamaño saqueaban los refugios. La joven ocultó la cabeza entre las manos horrorizada y rompió a llorar."

Lilith se despertó sobresaltada. A pesar de que no era la primera vez que sufría estas pesadillas no lograba acostumbrarse. Miró hacia arriba y vio el techo de la Telaraña fluctuando por encima de ella. Se incorporó y observó a su alrededor, todo el campamento dormía con la excepción de algunos guardianes que había dejado de vigías. No es que esperara problemas dentro de la telaraña, sin embargo debían tener cuidado pues los parientes oscuros usaban también la Telaraña para sus viajes. Afortunadamente, en la semana que llevaban dentro de la Telaraña no habían tenido problemas.
Aunque eso no era del todo cierto, había un problema que superaba con creces todos los demás que pudieran tener. En principio sus planes eran salir de la Telaraña por la primera salida que encontrasen, pero esto no había sido posible pues todas las salidas que encontraron se encontraban cerradas. Un campo de energía invisible las rodeaba impidiendo que pudieran salir. Por esta razón se llevaban una semana dentro, teniendo que descansar en su interior.
Lilith se levantó y avisó a los vigías para que despertasen al resto de la fuerza.
Debían ponerse en marcha. Al poco tiempo las Lágrimas se encontraban en posición y los exploradores ya habían salido en busca de nuevas salidas.
Finalmente, se pusieron en marcha. El consejo de videntes iba en primer lugar con Lilith y Durell a la cabeza.

Aunque en la Telaraña no existe el concepto del tiempo, la vidente calculó que llevaban unas cuatro horas de marcha cuando uno de los exploradores volvió.
La motocicleta paró delante de los videntes y el piloto bajó de ella.

- Señora, hemos encontrado una salida y esta parece estar activa.- El piloto era Al-Kadian, el brujo al mando de los motoristas que ahora servían de fuerzas de exploración.

- Buen trabajo Al-Kadian. ¿Alguna señal de los Arlequines? – En todo su viaje a través de la Telaraña aún no se habían encontrado con ellos, cosa bastante extraña pues Lilith estaba segura de que los misteriosos eldars sabían de la presencia de sus Lágrimas negras en la Telaraña. Los arlequines estaban enterados de todo lo que ocurría dentro de ella.

- No, señora. Ni rastro.

- ¡Maldita sea! Ellos podrían explicarnos que está pasando. En fin, llévame a la salida que habéis encontrado. ¡Deprisa!

- Sí, señora

Al-Kadian montó en la motocicleta y la vidente subió detrás. Acto seguido se encontraban recorriendo a toda velocidad los capilares de la Telaraña. Tras un corto viaje, llegaron al final de un capilar donde el resto de motoristas guardaba la salida.
Lilith desmontó de la motocicleta y se acercó al portal. Al contrario que el resto de las salidas que habían encontrado esta brillaba con mucha intensidad.

- Al-Kadian, ¿habéis probado a cruzar al otro lado?

- No, vidente. Preferimos esperar a que usted viniese.

- Bien, cruzaré yo. Esperadme aquí.- Lilith se dirigió con paso resuelto hacia la salida, pero la voz de Al-Kadian la detuvo.

- Señora no debéis ir sola. No es seguro.

- Al-Kadian, me halaga que os preocupéis por mí, pero se cuidarme sola.

La vidente se introdujo en le portal sin esperar la respuesta del brujo. Una especie de sustancia la rodeó y, cuando ya vislumbraba el otro lado del portal, sintió un fuerte tirón en el estomago que la empujó hacia atrás.
Lilith cayó al suelo de la Telaraña a varios metros del portal. Los guardianes se acercaron rápidamente a ella y la ayudaron a levantarse.

- ¡Señora, estáis bien! ¿Qué ha pasado?

Al-Kadian se acercó al portal y cuando intentó traspasarlo con su mano, ésta topó con un muro invisible.

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