Huida a la telaraña (capitulo 1)
Desde la cubierta de mando de la fragata Noche estelar, la vidente Lilith Eth-Khalion reflexionaba acerca de las visiones que había tenido anteriormente, mientras veía pasar delante suya las paredes de la Telaraña. En sus visiones una gran serpiente cíclope devoraba el mundo que los mon-keigh llaman Kantrael y en otra visión veía a un humano dirigiendo los ejércitos de este planeta contra el Saqueador. Por este motivo se encontraba embarcada en la fragata con sus Lágrimas negras, no podía permitir que las fuerzas del Caos (la serpiente cíclope de sus visiones) destruyera este planeta por que sin la ayuda de ese humano el Saqueador no podría ser vencido fácilmente.
De repente se encontró viendo las estrellas, el Noche estelar había salido de la telaraña.
- Señora.- Le llegó la voz del piloto.- Estamos entrando en la órbita del planeta.
- Bien, manténgase a la espera de órdenes.
- Sí, señora.
Lilith dirigió su mirada al mundo mon-keigh, una esfera cuya superficie estaba totalmente cubierta por el metal. La vidente odiaba a los humanos por aquello, saqueaban mundos enteros con su afán de obtener recursos y una vez lo habían expoliado se marchaban a otro planeta y hacían lo mismo. Los humanos eran un virus en el universo y ahora se veía obligada a ayudarles.
- Señora - Una voz sonó detrás de ella.
- ¿Ves este planeta, Durell? Yo lo conocí cuando los mon-keigh aún no habían hollado su superficie, entonces era un planeta verde y bello y fíjate en lo que lo han convertido ahora, una jaula de acero.- La voz de la vidente estaba llena de desprecio.
- Señora.- Volvió a repetir la voz.- Las Lágrimas está preparadas para la partida, debemos irnos.
Lilith se volvió hacia Durell Al-Malladon, miembro del consejo de videntes de Eth-Khalion. La mirada que le lanzó hizo que Durell diera un paso atrás; sabía que el odio que la vidente profesaba hacia todo aquel que no fuera eldar era muy profundo, pero no podía desoír la advertencia que llevaba implícita su visión.
La vidente volvió a mirar hacia el planeta pero varios puntos brillantes que aparecieron cerca de la fragata llamaron su atención. Y en ese momento, se hizo el caos.
La nave se tambaleó debido a unos disparos en su fuselaje.
- ¡Señora! ¡Naves del Caos!- El piloto hizo un brusco giro para evitar otro misil enemigo.
- ¡Debemos irnos, vidente!- Durell se encontraba aún detrás de ella, a la espera de que Lilith se decidiera.- ¡La fragata no resistirá mucho más tiempo!
- Está bien, diga al consejo que abran el portal.- Durell se maravilló por la templanza de la vidente, incluso en medio de un ataque era capaz de conservar la calma.- Avísame en cuanto lo hayan hecho.
El vidente se marchó corriendo hacia la cubierta inferior del Noche estelar.
- Piloto, acérquese a una de las naves.- Dijo Lilith apoyando una de sus finas manos en el hueso espectral que servía de visor.- Vamos a darle una sorpresa.
- Pero, señora - La nave volvió a virar para esquivar otro disparo.
- ¡Hágalo!
- ¡Sí, señora!
El piloto redujo la velocidad de la fragata eldar a la espera de que uno de los cazas enemigos se acercara. Por su parte, Lilith con las manos apoyadas en el visor empezó a brillar, los ojos le chispeaban y su melena se erizó cuando la fuerza psíquica llenó su cuerpo. La vidente liberó la energía y una de las naves del Caos estalló. Lilith se apoyó en el hueso espectral y respiró profundamente, cada uso que hacía de su poder psíquico la dejaba agotada y esta vez había sobrepasado sus límites. Otro misil impactó en la nave eldar.
Vidente, el portal está abierto. El pensamiento de Durell le llegó entrecortadamente. Sabía que abrir un portal espectral también agotaba de sobremanera y Durell era el principal encargado del portal.
- ¡Piloto!, el portal está abierto. Deje los mandos y venga conmigo.- Lilith se paró delante de la puerta que comunicaba la cabina con el resto de la nave.
- ¡No!, si lo hago el siguiente misil impactará de lleno y no nos dará tiempo a llegar al portal.
- ¡Piloto! ¡Es una orden!
- ¡No pienso obedecer! ¡Váyase! Yo mantendré esto en pie el suficiente tiempo para que pueda escapar.
Lilith cruzó la puerta.
Que Isha te acoja en su seno, piloto. Cantaremos alabanzas por ti
El Noche estelar se tambaleó fuertemente, este impacto había sido mas duro que los anteriores. Lilith se dirigió rápidamente a la cubierta inferior donde estaba el portal. Durell le esperaba allí.
Mientras corría hacia el portal, vio a través de un visor como un misil se acercaba hacia la nave. Los dos videntes cruzaron el portal justo cuando el misil impactaba en la fragata.
Lilith al otro lado del portal no alcanzó a oír la explosión.
De repente se encontró viendo las estrellas, el Noche estelar había salido de la telaraña.
- Señora.- Le llegó la voz del piloto.- Estamos entrando en la órbita del planeta.
- Bien, manténgase a la espera de órdenes.
- Sí, señora.
Lilith dirigió su mirada al mundo mon-keigh, una esfera cuya superficie estaba totalmente cubierta por el metal. La vidente odiaba a los humanos por aquello, saqueaban mundos enteros con su afán de obtener recursos y una vez lo habían expoliado se marchaban a otro planeta y hacían lo mismo. Los humanos eran un virus en el universo y ahora se veía obligada a ayudarles.
- Señora - Una voz sonó detrás de ella.
- ¿Ves este planeta, Durell? Yo lo conocí cuando los mon-keigh aún no habían hollado su superficie, entonces era un planeta verde y bello y fíjate en lo que lo han convertido ahora, una jaula de acero.- La voz de la vidente estaba llena de desprecio.
- Señora.- Volvió a repetir la voz.- Las Lágrimas está preparadas para la partida, debemos irnos.
Lilith se volvió hacia Durell Al-Malladon, miembro del consejo de videntes de Eth-Khalion. La mirada que le lanzó hizo que Durell diera un paso atrás; sabía que el odio que la vidente profesaba hacia todo aquel que no fuera eldar era muy profundo, pero no podía desoír la advertencia que llevaba implícita su visión.
La vidente volvió a mirar hacia el planeta pero varios puntos brillantes que aparecieron cerca de la fragata llamaron su atención. Y en ese momento, se hizo el caos.
La nave se tambaleó debido a unos disparos en su fuselaje.
- ¡Señora! ¡Naves del Caos!- El piloto hizo un brusco giro para evitar otro misil enemigo.
- ¡Debemos irnos, vidente!- Durell se encontraba aún detrás de ella, a la espera de que Lilith se decidiera.- ¡La fragata no resistirá mucho más tiempo!
- Está bien, diga al consejo que abran el portal.- Durell se maravilló por la templanza de la vidente, incluso en medio de un ataque era capaz de conservar la calma.- Avísame en cuanto lo hayan hecho.
El vidente se marchó corriendo hacia la cubierta inferior del Noche estelar.
- Piloto, acérquese a una de las naves.- Dijo Lilith apoyando una de sus finas manos en el hueso espectral que servía de visor.- Vamos a darle una sorpresa.
- Pero, señora - La nave volvió a virar para esquivar otro disparo.
- ¡Hágalo!
- ¡Sí, señora!
El piloto redujo la velocidad de la fragata eldar a la espera de que uno de los cazas enemigos se acercara. Por su parte, Lilith con las manos apoyadas en el visor empezó a brillar, los ojos le chispeaban y su melena se erizó cuando la fuerza psíquica llenó su cuerpo. La vidente liberó la energía y una de las naves del Caos estalló. Lilith se apoyó en el hueso espectral y respiró profundamente, cada uso que hacía de su poder psíquico la dejaba agotada y esta vez había sobrepasado sus límites. Otro misil impactó en la nave eldar.
Vidente, el portal está abierto. El pensamiento de Durell le llegó entrecortadamente. Sabía que abrir un portal espectral también agotaba de sobremanera y Durell era el principal encargado del portal.
- ¡Piloto!, el portal está abierto. Deje los mandos y venga conmigo.- Lilith se paró delante de la puerta que comunicaba la cabina con el resto de la nave.
- ¡No!, si lo hago el siguiente misil impactará de lleno y no nos dará tiempo a llegar al portal.
- ¡Piloto! ¡Es una orden!
- ¡No pienso obedecer! ¡Váyase! Yo mantendré esto en pie el suficiente tiempo para que pueda escapar.
Lilith cruzó la puerta.
Que Isha te acoja en su seno, piloto. Cantaremos alabanzas por ti
El Noche estelar se tambaleó fuertemente, este impacto había sido mas duro que los anteriores. Lilith se dirigió rápidamente a la cubierta inferior donde estaba el portal. Durell le esperaba allí.
Mientras corría hacia el portal, vio a través de un visor como un misil se acercaba hacia la nave. Los dos videntes cruzaron el portal justo cuando el misil impactaba en la fragata.
Lilith al otro lado del portal no alcanzó a oír la explosión.
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